La rebelión de las máquinas
El desafío más importante de la futura política pública no es promover un desarrollo tecnológico vigoroso, sino otro más complejo: decidir respecto de los intercambios implícitos entre los avances en productividad para unos pocos y los retrocesos en bienestar para muchos.
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La pandemia del coronavirus ha acelerado significativamente el proceso de automatización, lo cual ha aumentado sus efectos negativos sobre la desigualdad. Hay creciente evidencia de este proceso; tanto en el incremento sorprendente del trabajo remoto, como en la producción de piezas (mascarillas, por ejemplo) vía impresión 3D, o en el uso de robots para el tratamiento de pacientes contagiados o para reciclar materiales (evitando así el contagio de trabajadores).
Estados Unidos, por ejemplo, ha visto un impresionante incremento en la venta de robots de limpieza de pisos. Mismo fenómeno observado en Chile, dónde la aspiradora robot roomba (que se programa por teléfono vía wifi), a la fecha, está agotada.
El impacto de la automatización sobre la desigualdad, y como la pandemia ha acelerado estos efectos, se ve actualmente en Chile. El teletrabajo y la educación a distancia ha permitido a un sector de la población seguir generando ingresos sin exponerse al contagio ni contagiar a otros, mientras otro sector ha debido exponerse más al Covid-19 y se ha visto mayormente sujeto al impacto económico de la crisis.
La desigualdad es además de género: un estudio en el Reino Unido concluye que en trabajo remoto las madres complementan trabajo con otras actividades- mayoritariamente el cuidado de los niños- en un 47% de su tiempo de trabajo, comparado con un 30 % en el caso de los padres.
En el mundo en que vivimos, el desafío más importante de la futura política pública no es promover un desarrollo tecnológico vigoroso, sino otro todavía más complejo: decidir adecuadamente respecto de los intercambios implícitos entre los avances en productividad para unos pocos y los retrocesos en bienestar para muchos, de modo que el resultado social no sea finalmente –una vez más– uno de suma cero. O peor aún, uno que sume menos que cero para toda la sociedad y genere malestar e inestabilidad social